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Agencias | Israel | 16 Oct 2023 - 12:17hrs
Hamás afirmó el lunes que Israel no había reanudado el suministro de agua a la Franja de Gaza a pesar de haberse comprometido a hacerlo, mientras que un funcionario israelí respondió que se estaba suministrando algo de agua a una zona del sur del enclave.
Israel dejó de suministrar agua a los gazatíes como parte del asedio impuesto después del ataque armado de Hamás el 7 de octubre. El domingo, Israel dijo que, como parte de un acuerdo con Washington, estaba reanudando algunos suministros.
El portavoz del Ministerio del Interior de Hamás, Eyad Al-Bozom, declaró el lunes que no se había reanudado el suministro de agua:
"Los residentes beben agua insalubre, lo que supone una grave crisis sanitaria que amenaza la vida de los ciudadanos", denunció.
Un ayudante del ministro israelí de Energía e Infraestructuras, Israel Katz, dijo que se estaba suministrando agua en la comunidad de Bnei Sahila, cerca del sur de Jan Yunis. El asesor no quiso dar más detalles sobre la cantidad de agua suministrada.
Katz dijo el domingo que reabastecer de agua al sur de Gaza animaría a los civiles palestinos a congregarse allí mientras Israel bombardea objetivos de Hamás en la ciudad de Gaza, al norte. Israel ha pedido a los residentes de la mitad norte de Gaza, incluida la ciudad de Gaza, que se marchen al sur.
Palestinos tienen que decidir entre "beber o ducharse"
Sabah Mousbeh, de 50 años, encontró refugio en casa de amigos en Rafah junto a una veintena de familiares, incluidos su esposo e hija.
"Lo peor y más peligroso es que no tenemos agua. Ninguno de nosotros se ha bañado porque el agua es escasa", explicó.
Aunque decenas de miles de personas huyeron al sur del territorio, la fuerza aérea israelí no dejó de atacar ciertas regiones en el sur.
El domingo fueron bombardeados Rafah y Jan Yunes.
"Mira la destrucción masiva. Ellos dicen que aquí hay terrorismo", grita Alaa al-Hams mostrando los escombros de un barrio atacado en Rafah.
"¿Dónde está la humanidad de la que hablan? ¿Dónde están los derechos humanos? Aquí todos son civiles, no están vinculados a ningún grupo, pero han muerto (en los ataques). Están todos muertos", expresó.
En medio de las ruinas de su casa en Rafah, Samira Hassab declara:
"¿A dónde vamos? ¿Dónde están los países árabes? Nos hemos pasado la vida en la diáspora. Nuestra casa, donde vivían todos mis hijos, fue bombardeada. Dormimos en la calle y no tenemos más nada", deplora. "Mi hija tiene cáncer, no la puedo llevar al hospital y yo misma sufro de hipertensión y diabetes", lamenta.
Aún así, se repone y hace el signo de la victoria al lado de sus nietos. "No me iré, pase lo que pase, aunque me muera. Pediremos pan a los vecinos pero no renunciaremos ni a un grano de nuestra tierra".