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El Economista | Ciudad de México | 11 Sep 2023 - 12:46hrs
En vísperas de su reunión de política monetaria de este mes, los responsables de la Reserva Federal (Fed) dejan dos cosas muy claras: no están ansiosos por subir las tasas de interés pero pocos están dispuestos a cantar victoria.
En los últimos 18 meses, el banco central estadounidense ha elevado su tasa oficial en 5.25 puntos porcentuales para moderar la demanda y enfriar la inflación.
El alza ya empieza a hacer mella: el crecimiento del empleo se ralentiza y la inflación se ha desacelerado en los últimos meses, situándose en 3.3% en julio, según la medida preferida de la Fed, frente a 7% del verano pasado.
Por ahora las autoridades de la Fed más beligerantes se contentan con dejar que los datos sigan su curso, aunque vigilan si el fuerte gasto de los consumidores y un mercado laboral aún tenso pueden alimentar las presiones inflacionistas.
Lorie Logan, presidenta de la Fed de Dallas, afirmó el jueves que “puede ser apropiado omitir otra alza cuando nos reunamos este mes. Mi caso base, sin embargo, es que queda trabajo por hacer”.
Logan fue una de las últimas autoridades de la Fed que habló antes de que empiece la semana y media de silencio público previo a la reunión del 19 y 20 de septiembre.
Y aunque sus pares tienen opiniones diversas, ninguno se ha opuesto a las expectativas de los mercados de una pausa en la tasa oficial, que actualmente se ubica en el rango de 5.25-5.50 por ciento.
Chris Waller, gobernador de la Fed, también expresó la semana pasada que “podemos sentarnos” y esperar a ver si la inflación continúa a la baja.
"Es una cuestión abierta a medida que avanzamos: ¿hemos sido lo suficientemente restrictivos como para lograrlo?”, se preguntó el jueves el presidente de la Fed de Nueva York, John Williams.
Entre los reportes que se publicarán antes de la reunión destaca el índice de precios al consumo, que se espera muestre una aceleración de la inflación a 3.6% durante agosto.